El cine de terror japonés y americano

Mi opinión sobre el terror es tanto subjetiva como objetiva. Por ejemplo, puedo decir que una araña es bonita mientas que otra persona pensaría que es espantosa de tan solo tenerla cerca. Ese es mi pensamiento subjetivo. Sin embargo mi pensamiento objetivo dice que la sangre, los huesos, y los monstruos son cosas naturales al terror. Yo no tengo una opinión precisa del terror, porque siempre lo divido entre estos dos parámetros, y del mismo modo quería hablarles de mi opinión sobre estos dos géneros.

Por esta época del año todos nosotros pensamos en los monstruos y todos los elementos que se asocian al miedo. Y es una excusa para sentarse y consumir películas o series relacionadas. Ahora bien, si comparo el cine de terror japonés y el americano, el japonés será siempre mejor. Sin embargo, es gracias al cine americano (o los elementos que este tiene) que inspira al japonés a ir más. Ha abordar otros temas que el americano no puede.

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El aro – versión americana

Verán, uno de los motivos que la mayoría de películas de terror americano sean muy pésimo, y lo digo desde mi gusto en este arte, es que trata de ser lo más irreal posible. Efectos visuales muy de computadora, jumpscare (o como yo lo diría susto fácil), planos telegrafiados donde el espectador sabe que algo saldrá de allí. Son todos estos elementos que le quitan el “realismo” y la naturalidad a una película de miedo. Estos elementos son los que diferencian una película como “Annabelle” de “Alíen”. ¿Qué ocurre con esta película? Para empezar muchos de los efectos visuales fueron manuales como el disfraz del Xenomorfo o la manera que salió la criatura del pecho del hombre. El ambiente tenía diferentes elementos inquietantes, como  espacios reducidos, poca iluminación. Estábamos a la merced de la imaginación. Varios de estos elementos no están presentes en varias películas de terror modernas y por eso es tan exitoso a nivel comercial.

Varios youtubers del género cinematográfico han señalado el mismo problema que diré, y es que las personas quieren asustarse lo suficiente para después olvidarse. Quieren brincar del miedo y reírse después por la sorpresa que se llevaron. Y tiene su lógica. Yo comparo esto de las películas de miedo con una montaña rusa. Muchos les gusta sentir que están volando y dando vueltas en el aire, pero también ellos no querían sentirse así en frente de un peligro real. Las películas de miedo que llevan a cuestionar la realidad son las menos favoritas porque algunos o la mayoría no quieren sentirse aterrado por tanto tiempo.

Es como mi miedo a cerrar las puertas cuando era pequeño porque creía que la perilla desaparecería y Freddy Kruger saldría de una de las esquina. No pude ir al baño sin cerrar la puerta por casi un año o más y fue por esa experiencia. Pero lo que ocurre con el cine americano también pasa con el japonés. Si bien Japón tiene la reputación de tener películas muy buenas, también tiene le problema de ir a lo seguro, de ser muy repetitivo y consumista. Por eso solo me acuerdo de algunas películas japonesas como “El aro” y “Ju-on”, porque soy muy perra para buscar más películas de terror japonés y que a su vez estas sean muy populares en Japón. Lo malo de la popularidad es que se solo se dediquen ampliar la historia con secuelas o spin-off para sacarle el jugo e ignorar otras películas por su ingenio. Y es que los niños albinos con ojeras del severo insomnio o la niña muda con el pelo aplanchado son ahora parte de la cultura popular. Eso no puede cambiar.

Ahora bien, ¿qué película de terror debería verme este jueves 31? Quiero escuchar sus sugerencias

¡Hasta la próxima!