El 31 de diciembre y los primeros días de enero los pase en una finca que alquiló mi familia desde hace mucho tiempo. Allí fue una de esas reuniones familiares que se bebe alcohol como si fuera agua y ni se diga la resaca. Bueno, de hecho soy más tolerante al alcohol pero no puedo dejar atrás lo que escribí en mi cuaderno en un momento de lucidez:
“He bebido tanto que mi cabeza ha sufrido una experiencia extra-corporal. Sé que está aquí encima de mis hombros, mas siento que se desdobla a otra dimensión astral”

También sucedió que escuché la charla que tenían mis tías con mi madre una mañana. Son cosas que no debería haber escuchado, en especial esa parte de darle 3 vueltas a la cama y violar a quien sabe quién cuando duerme. Pero lo más cínico fue que se rieron cuando les dije que había escuchado todo, como si eso detallitos no fueran ya perturbadores. Seguir leyendo Para el 2016 /Metas y planes